El origen del litigio, que ha generado esta jurisprudencia, tiene lugar en la interpretación de una cláusula del contrato de arrendamiento, en la que se acuerda que el arrendamiento no podrá ser prorrogado y que finalizaría sin necesidad de preaviso por parte del propietario de la finca. Llegada la fecha de finalización, el arrendatario se […]